El estrés uno de los problemas más comunes de salud física y mental. Los síntomas del estrés se ponen en marcha cuando nos exponemos a un exceso de situaciones que superan nuestros recursos.
Cuando llevamos responsabilidades de todo tipo y poco tiempo personal, nos acostumbramos tanto a los síntomas del estrés que empezamos a creer que es ese nuestro estado normal. Pero, es precisamente lo contrario.
¿Qué ocurre cuando tengo estrés?
El estrés es un estado alterado que obstruye el normal funcionamiento de nuestro cuerpo y mente. Cuando nuestra normalidad se ve afectada, algunos de nuestros órganos dejan de funcionar correctamente y nuestros pensamientos se encuentran en constante estado de emergencia trayendo consigo emociones que terminan drenándonos.
Todo esto altera nuestro equilibrio personal y por tanto nuestra sensación de bienestar general.
Síntomas del estrés en el cuerpo
- El corazón trabaja de sobremanera, provocando hipertensión y taquicardia
- Digestión irregular, generando problemas como gastritis, indigestión, entre otros
- Problemas para dormir, ya que por las noches nuestro cuerpo tiene dificultades para relajarse.
- En general, el sistema inmune se debilita, trayendo consigo múltiples enfermedades como alergias, resfriados, infecciones, etc.
Síntomas del estrés en nuestra mente
Cuando tenemos estrés la energía de nuestros pensamientos también cambia. Como nuestra mente no se encuentra segura ni en calma, los pensamientos que tenemos se basan en la supervivencia.
Ello a su vez genera emociones como el miedo, agresividad, depresión, inseguridad y frustración.
Si estos síntomas del estrés se mantienen por un tiempo prolongado, llegan a apoderarse de nuestro estado mental. Después, empezamos a analizar nuestros problemas desde aquel estado, formando un círculo vicioso del cual es difícil escapar.
Estos son algunos ejemplos de los efectos mentales del estrés
- Enfocarse solo en lo negativo
- Anticiparse negativamente al futuro
- Dificultad para disfrutar el presente, etc.
Viviendo en un estado de emergencia
El estrés nos hace vivir en un estado de supervivencia. Vivir así significa vivir desde el miedo porque creemos debemos defendernos o protegernos del futuro.
Esto hace que nos proyectemos hacia el futuro desde el temor y la ansiedad, en lugar de crear nuestro futuro desde las posibilidades que nos entrega el presente.
Aunque es difícil tener una vida libre de estrés, es importante tener herramientas que nos permitan retornar a nuestro estado normal de forma oportuna. Tú puedes tomar dirección de tus emociones y elegir manejar las situaciones de estrés desde una manera saludable.
A continuación, algunas recomendaciones para aprender a disminuir el estrés y puedas recuperar gradualmente tu equilibrio.
¿Qué hacer cuando tengo síntomas de estrés?
1.- Cuida tu mundo interno
En general, los síntomas del estrés hacen que nuestra atención y energía estén más enfocadas en el entorno externo: actividades, lugares, personas, etc.
Tomar consecuencia de que estamos enfocándonos solo en lo de afuera y no dándole la debida importancia a nuestras necesidades internas, es el primer paso para salir de ese estado.
Existen varias herramientas para a desarrollar el hábito de aprender a escuchar que es lo que necesitamos:
Escritura terapéutica
Lleva un diario. Este tipo de diario no es para escribir cada detalle de tu vida. Es para aprender a poner en palabras aquello que sientes, te perturba y te quita energía.
Este ejercicio te ayudará a procesar mejor lo que sientes y reflexionar acerca de cuál es la raíz de tu estrés.
Meditación
La meditación nos ayuda a calmar las ondas cerebrales que se activan por los síntomas del estrés. Cuando tenemos estrés nuestros pensamientos se aceleran y van en diferentes direcciones.
Al meditar redireccionamos nuestra energía en el presente y cuando esto ocurre nuestros pensamientos y emociones también se relajan. Desde ese estado de mayor tranquilidad y bienestar podemos tomar mejores decisiones para nosotros mismos.
Cuidado personal:
Cuando pasamos mucho tiempo cuidando de otros o de las situaciones externas, olvidamos cuidarnos a nosotros mismos.
Come alimentos saludables, duerme lo suficiente, haz ejercicios y también toma espacios de breaks personales.
2.- Desconéctate de las redes sociales
El exceso de información puede llegar a saturarnos y ser una fuente más de estrés, principalmente cuando se tratan de noticias difíciles.
Considera poner límites a tu uso del teléfono y redes sociales y cuida el contenido que consumes de forma cotidiana.
3. Aprende a ser selectivo y decir no
Toma control sobre las partes de tu vida que te generan estrés. Una forma de hacerlo es aprender a decir no con más frecuencia.
Esto es especialmente necesario cuando estás asumiendo más responsabilidades de las que puedes manejar.
Al aprender a conocer tus límites podrás reconocer cuantas responsabilidades ya sea laborales o sociales puedes asumir y cuando se convierten en un peso que perjudica tu bienestar.
4.- Busca ayuda profesional
Si los síntomas de estrés están afectando tu calidad de vida a diario, podrías recurrir a un profesional especializado. Un terapeuta puede ayudar a ver tus gatilladores de estrés desde otro ángulo y aprender a herramientas para mantener tu salud mental.
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