Aunque resulta extraño, dejar de intentar es, muchas veces, la solución a nuestros problemas; lo difícil es saber cuándo parar.
Elegir qué evitar para obtener lo que deseamos es tan importante como saber qué hacer para conseguirlo.
¡Pero es tan difícil evitar!, vivimos en una sociedad cada vez más tecnológica, tenemos:
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- Celulares inteligentes
- Tablets
- Nuestros parques y cafés tienen internet inalámbrico.
- Redes sociales
- Autos con televisión y GPS
- Entre otros ejemplos
Compramos y valoramos estos productos porque nos permiten ser más productivos y eficientes, sin embargo, solemos terminar con el tiro por la culata.
¡No me malinterpreten!
Estoy agradecida de la tecnológica, siento mi IPad me ha resuelto la vida y no sé qué haría sin él (corazones salen de las teclas donde escribo).
Pero también soy consciente que con mi celular no sucede lo mismo, lo compre para poder trabajar desde la playa y cuando por fin estoy de vacaciones termino con la oficina montada en el pareo.
La realidad es que normalmente nos cuesta evitar, y no solo porque tenemos toda la tecnología a la mano, sino porque se nos ha inculcado que con esfuerzo y planificación podremos HACERLO TODO y pensar así es un gran error.
Los libros de gestión del tiempo y organización suelen tener este gran mandato: “Maneja y organiza tu tiempo y podrás con todo”, sin embargo, esto no es cierto.
Nunca podremos cubrirlo todo, ni quedar bien con todos o cubrir las expectativas de todas las personas y exigirnos de esta manera solo resulta contraproducente.
Saber elegir qué correos evitar revisar, a qué links no darles clic, a que clientes no darles citas, a qué videos no darle play puede ser justamente lo que nos ayude a cumplir con lo que sí deseamos.
Como vimos en el artículo anterior , la clave está en saber en qué enfocarnos, de manera que podamos bajar estratégicamente la expectativa de cumplir/hacer aquello que no nos aporta valor.
Como dice la famosa oración católica: “Tener la serenidad de aceptar las cosas que no puedo cambiar; Valor para cambiar las cosas que puedo; y sabiduría para conocer la diferencia”.
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