Hoy, como suelo hacer, me senté a meditar. Respiré profundamente y sentí como mi cuerpo se iba relajando. Y con esta calma me mantuve ¡por los siguientes 10 segundos!… cuando recordé el café que me esperaba en la cocina y deseé pararme a beberlo. Mi mente automáticamente se fue al café, a los pendientes del día y a mi reunión de las 10 am. Había despertado la arpía.
NUESTRA MENTE ES UNA ARPÍA
Me paso hoy a mí. Te pasa a ti. Nos pasa a todos:
Nuestra mente siempre está moviéndose de un pensamiento al otro y de una emoción a otra. ¡¡¡ Y, seguirle el ritmo puede ser agotador!!!
Por ello, es común que gran parte de nuestro tiempo se enfoque en actividades que no nos aportan valor o que no están relacionadas con nuestros objetivos principales, pero que surgen como urgencias en nuestro día a día laboral y personal.
¿Cómo la meditación nos ayuda a enfocarnos?
Como se planteó en el artículo anterior, “Meditación: moda o ciencia”, diversos estudios muestran que meditar de manera regular puede ayudarnos a controlar la ansiedad, la tristeza, el miedo, así como a mejorar nuestro nivel de concentración, relajación y energía.
Sin embargo, un beneficio oculto de la meditación es que:
“Nos permite resistir a la necesidad de reaccionar inmediatamente”.
Hoy cuando estaba sentada meditando me surgió la necesidad de devolver las llamadas que recibí ayer y no pude contestar por estar en consulta, sentí la premura de ir por un café, la urgencia de apuntar mis pendientes del día, sonó mi teléfono y quise revisar el nuevo mail recibido… sin embargo resistí la tentación de cambiar de actividad.
AHÍ ESTA LA CLAVE: Decidí -cada vez- volver a enfocarme en mi respiración y en calmar mi mente. Es decir, logré resistir la necesidad de reaccionar de inmediato.
¡OJO! Esto no quiere decir que no debamos reaccionar a las urgencias. ¡ESO SERÍA UN GRAVE ERROR! Hay momentos en que es importante poder reaccionar, incluso nuestra vida puede depender de ello.
Sin embargo, pasar el día reaccionando a cada estímulo es improductivo, nos desenfoca de nuestros objetivos o nos hace reaccionar de una manera que no preferimos.
“La meditación nos entrena para resistir el impulso de seguir pensamientos y emociones que son contraproducentes para nosotros”.
Por ejemplo, cuando tu proveedor te falla, un cliente cambia las reglas de juego, o tu hijo rompe tu celular y tienes las ganas de gritar, aun sabiendo que esa no es la mejor respuesta. O cuando revisas tu correo aun sabiendo que debes enfocarte en la tarea que vienes realizando.
Meditar regularmente nos permite elegir cómo reaccionar. Como vimos en el artículo “Eres amo de tus acciones o esclavo de tus reacciones«: “Existe un espacio entre el estímulo que recibimos y nuestra respuesta y podemos entrenar nuestra mente para hacer este espacio cada vez mayor”.
[…] pensar qué cosas nos harían sentir peor, pues parece masoquista y poco productivo, sin embargo, darnos un tiempo para pensar cómo podemos empeorar genera en nuestra mente un […]
[…] También puede ayudarte el artículo ¿Por qué meditar aumenta tu productividad? […]